Gotas de Alborada: Diálogo. Votos. Corrupción
Adalberto Orta
El diálogo continúa siendo la vía mas expedita para encontrar caminos democráticos que conduzcan a una salida pacífica a la aguda crisis que vivimos los venezolanos. No es fácil y menos sencillo este sendero, sobre el particular he escrito en otras oportunidades. Desde que se instaló la Mesa de Diálogo Nacional en la casa amarilla; se desataron las tormentas de guerra sucia teledirigida por los mismos que orquestaron las campañas abstencionistas, donde determinados partidos políticos fueron piezas utilizables para estos fines. Pero el mundo de la acción política se va desarrollando a diario y cada uno de los argumentos esgrimidos por estos irresponsables señores, se han ido derrumbando uno a uno. Las apetencias de poder clasista y el abolengo discriminatorio le hacen mucho daño al país, tanto como el de Maduro y su NEFASTO gobierno. La derecha radical todavía espera a los marines y su invasión, “todas las cartas sobre la mesa” servirán de juego, para nada más, y el TIAR es una amenaza obsoleta. Las sanciones que promovieron algunos desnaturalizados agudizan más la crisis en Venezuela y golpean con mucha crudeza a los más pobres; mientras que el régimen encuentra en esta inhumana arbitrariedad del gobierno de Trump, una pieza discursiva para solapar su negativa gestión.
Por otro lado, existe un grupo de bandidos que se han hecho millonarios con esta polarización entre el régimen y un sector de la oposición; las denuncias llueven y la solidaridad automática se hace presente; sin embargo la torta la distribuyeron tan mal que el círculo privilegiado del autoproclamado está envuelto en una trama de escándalos dolarizados. Nadie rinde cuentas de los 560 millones de billetes verdes regalados por el departamento de Estado para las actividades del presidente de la AN; más de 70 diputados le hicieron llegar una correspondencia al diputado Guaidó donde manifestaban su descontento por la falta de solidaridad para los mismos parlamentarios. Hace una semana, el diplomático Calderón Berti, aliado del gobierno paralelo también dijo lo suyo y el país se entero de la gravedad en materia de corrupción. En fin, se prendió un ventilador de trampas y podredumbre, según dicen: todos los que rodean al presidente encargado están agarrando a manos llenas y el pueblo pasando mil necesidades. También nos enteramos, que se desató el enfrentamiento entre las bandas publicitarias que ayer llamaron a la abstención y que solo lograron atornillar a Maduro, hoy los radicales lanzan misiles a Guaidó y este pone su artillería a responder con las mismas bajezas. La corrupción del gobierno de Maduro y de altos jerarcas políticos de la oposición representada en la actual Asamblea Nacional, es similar. Son parecidos unos y otros, con razón el rechazo sobrepasa los puntos de aceptación en esta dirigencia maula. El pueblo está mirando esta pillería en contra de la nación, el afán por el poder y el dinero fácil los convirtió en verdaderas mafias. Los ciudadanos fueron utilizados en marchas, protestas y cabildos abiertos que en nada resolvió la actual situación, todo lo contrario eran las excusas para el cobro en dólares. El cucutazo enriqueció a más de un dirigente “con chapa parlamentaria” , la ayuda humanitaria lleno bolsillos a muchos enviados por jefes políticos, los bonos 2020 beneficio a unos pocos, Citgo abulta las cuentas a la élite, la empresa Monómeros sucursal de Citgo en Colombia fue despalillada por las bandas delictivas de cuello blanco. La Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional en los años 2016, 2017, 2019 es una cajita de cartas de influencias para solapar a estranguladores de la economía nacional. ¿Y en todos estos años que hacían los diputados de la Asamblea Nacional? ¿Permanecieron mudos y tomaban su tajada? La oposición está obligada a esclarecer estas sinvergüencerías.
Es tiempo de enterrar el mantra, aprender a oír, construir una estrategia común, reconciliar posiciones, pensar primero en Venezuela y castigar la corrupción y a los corruptos. En el 2020 vienen las elecciones parlamentarias para tener una nueva Asamblea Nacional; el pueblo debe votar por gente honesta, seria, capaz, inteligente y verdaderamente democrática. Hay que cambiar de verdad. El cese de la usurpación y gobierno de transición fue un fiasco. El camino sensato es ir por un nuevo CNE y elecciones libres; producto del diálogo y de la voluntad del pueblo venezolano. ¡Si podemos!. Venezuela no se rinde.